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Seres acuáticos

Algunas criaturas acuáticas son impredecibles y peligrosas en su relación con la humanidad. Entre ellas figuran las sirenas y otros seres de ficción, habitantes invisibles de las aguas del mundo dotados de la habilidad de cambiar mágicamente de forma y vivir en tierra. Exhiben una belleza sobrenatural o resultan extremadamente aterrorizantes. Otras criaturas, como las nereidas y las náyades, albergan sentimientos amables hacia los humanos y ofrecen protección y curación a quienes encuentran su camino.

Sirenas

Las sirenas son criaturas acuáticas legendarias que han aparecido en la mitología de pueblos de todo el mundo desde el inicio de los tiempos. A pesar de que en estas historias también figuran criaturas machos, en la mayoría de las culturas la sirena es una poderosa presencia femenina.

En las antiguas culturas mediterráneas, las sirenas eran consideradas aspectos semidivinos de la diosa, conectada al mar creador de vida y honrada en templos costeros. La primear historia sobre una sirena proviene de Asiria, y surgió alrededor del año 1000 a. de C. Atargatis, una sacerdotisa asiria, se lanzó al mar para lavar la vergüenza de un embarazo no deseado y emergió con cola de pez. En el siglo II a. de C., el historiador griego Luciano informó que la estatua de la Gran Diosa del templo de Hierápolis (actual Turquía) tenía cola de pez en lugar de piernas. En Grecia, Afrodita, diosa del amor, nació de la espuma del mar y  viajó hasta la tierra en una venera.

En el siglo I de la era cristiana, Plinio escribió con convencimiento sobre la existencia de las sirenas, pero afirmó que sus cuerpos eran "ásperos y cubiertos completamente de escamas". Pero alrededor del siglo V, el bestiario Fisiologus describía a las sirenas en términos que coinciden plenamente con su imagen contemporánea: las sirenas lucen "maravillosas formas de mujer del ombligo hacia arriba, y cola de pez de cintura para abajo".

Durante el Medievo las sirenas eran avistadas con regularidad por los marinos, Cristóbal Colón incluido, quien informó haber hallado tres sirenas en su viaje a América en 1493. Debido a las historias narradas por estos viajeros, las sirenas ocupaban un lugar destacado en las tradiciones de los marineros. EL tema más frecuentemente repetido era que las sirenas seducían a los hombres solitarios y los arrastraban hacia su reino submarino.

También se las consideraba capaces de provocar tormentas y naufragios. Estas creencias fueron reforzadas por la Iglesia medieval, para la que las sirenas eran un emblema de la vanidad, lujuria y los peligros espirituales de las mujeres y la sexualidad.

Nereidas y náyades

Los antiguos griegos poblaron los mares con criaturas míticas. Un mito de origen griego asegura la unión de Océano, el río que circundaba la Tierra, y Tetis, el océano fértil, produjo tres mil hijas cuya tarea consistía en custodiar las profundidades. Una de ellas, llamada Doris, y el antiguo dios del mar Nereo, fueron los padres de las nereidas. Las náyades eran criaturas similares que protegían las masas de agua: manantiales, lagos y ríos.

Nereidas

Estas hermosas jóvenes surcaban las olas del mar Egeo, al igual que otros mares de agua salada, completamente desnudas y montadas sobre delfines, caballos marinos y otras criaturas acuáticas. A pesar de que las nereidas no tienen cola de pez, los escritores clásicos las consideraban iguales a las sirenas. Sin embargo, y a diferencia de estas últimas, las nereidas eran amables con los marineros y los protegían; también se creía que predecían las tormentas y guiaban a los navegantes hacia buenas zonas de pesca.

Las nereidas más famosas fueron Tetis, madre del guerrero griego Aquiles, y Galatea, adorada por el cíclope Polifemo. Cuando ella rechazó las insinuaciones del gigante de un solo ojo por estar enamorada de un atractivo pastor, Polifemo lanzó una roca la joven y acabó con él. En su dolor, Galatea transformó en río las gotas de sangre de su amado mortal.

Náyades

De apariencia similar a las nereidas, las náyades gobernaban los manantiales de agua fresca, los ríos y las fuentes. Y al igual que las sirenas, estaban unidas al agua. Si el cuerpo de alguna de ellas se secaba, moría. Estas criaturas eran adoradas en cultos locales como diosas de la fertilidad. Además, se creía que las aguas de los manantiales custodiados por náyades tenían propiedades curativas o que provocaban visiones proféticas.

A diferencia de las nereidas, las náyades podían ser peligrosas o seductoras. El apuesto Hilas, miembro del grupo de Argonautas que acompañó a Jasón en su búsqueda del Vellocino de Oro, fue secuestrado por las náyades de un manantial en Asia Menor y desapareció sin dejar rastro.

En Europa, los espíritus femeninos de los ríos, las fuentes y los manantiales sagrados, como las Rhinemaidens alemanas, las Nixes acuáticas de Suiza, las Melusine de Francia y los espíritus de los pozos sagrados celtas, descieden de las náyades.

Selkie

Las selkies son criaturas legendarias del folclore irlandés, escocés e islandés. En general se las imagina como focas que tienen la habilidad de transformarse en seres humanos, por lo general en hermosas mujeres. Selch significa "foca" en el dialecto de las islas escoces de Orkney.

La mayoría de las historias sobre las selkies son tragedias románticas. En una de ellas, un pescador solitario se encuentra con un grupo de estas criaturas, que han extendido sus pieles de foca al sol sobre las rocas. El hombre roba la piel de una de las selkies, con lo cual la obliga a vivir en tierra y convertirse en su esposa. Pero a pesar de que la pareja puede tener hijos -que, según algunas historias, nacen con dedos palmeados-, la selkie siempre busca su piel de foca. Y cuando la encuentra, escapa al mar, dejando a su esposo realmente consternado. Otra leyenda asegura que si la solitaria esposa de un pescador lanza siete lágrimas al mar, un atractivo selkie macho emergerá de las olas y le hará el amor.

 

Hipocampo

Otra criatura marina híbrida es el hipocampo, presente en la mitología griega, fenicia y etrusca. Llamado con frecuencia "caballito de mar", la mitad frontal de la bestia es de caballo y la parte posterior escamada, de pez.

En los mosaicos romanos, los hipocampos suelen aparecer cubiertos de escamas verdes, como suele apreciarse en los antiguos baños termales de la ciudad inglesa de Bath. Poseidón, dios griego de los mares, suele ser representado surcando las aguas en una carroza tirada por hipocampos, sobre cuyos lomos aparecen algunas nereidas. en la Fontana di Trevi de Roma se aprecian hipocampos alados que tiran de la carroza de Neptuno (Poseidón).

Kappa

Un kappa es un espíritu acuático del folclore japonés. Tiene el tamaño de un niño pequeño -el término kappa significa "niño del río" en japonés-, piel verde escamosa, cuerpo de rana o tortuga, dedos palmeados y cabeza y rostro de mono o pato.

El poder del kappa surge de una depresión que se aprecia en el extremo superior de su cráneo, y que ésta cargada de fluido. Si el líquido se derrama fuera de esta cavidad, el kappa se debilita y puede morir. Para burlar a un kappa hay que inclinarse ante él, puesto que la criatura devolverá el saludo y el líquido se derramará.

Según la leyenda, los kappa atrapan y devoran a los niños que nadan en ríos y estanques. Para protegerlos, los padres escriben los nombres de sus hijos en pepinos que arrojan al agua como obsequio para los espíritus, puesto que los pepinos son los únicos alimentos que, para los kappa, resultan más apetecibles que los niños. El nombre Kappa Maki, que son los rollitos de sushi rellenos de pepino, deriva de esta creencia popular.

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