Los vampiros son criaturas no muertas que se sustentan gracias a la fuerza vital que absorben de otros seres. El tipo de vampiro más familiar -una figura espectral de capa negra- proviene de Europa oriental y ha aparecido en novelas y películas de gran popularidad. La historia más famosa, el Drácula de Bram Stoker (1897), posiblemente esté basada en la vida del príncipe rumano Vlad III, "El empalador", recordado por los crueles castigos que imponía durante su reinado. Sin embargo, en todo el mundo han aparecido mitos relacionados con los vampiros, desde Europa oriental a India, Australia y el continente americano.

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Vampiros de Europa oriental

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En las leyendas de Europa del Este, los vampiros son cadáveres animados que se levantan de su tumba para salir a cazar humanos, a quienes atacan mordiéndoles el cuello para beber su sangre mientras se encuentran vivos. Los cadáveres de suicidas, criminales o brujos pueden convertirse en vampiros, a pesar de que en ciertas tradiciones las víctimas inocentes de estas criaturas también se convierten en estos monstruos. Los bebés nacidos con dientes, gran cantidad de pelo o un dedo de menos (en la mano o el pie) también tienen probabilidades de transformarse.

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Los remedios populares para alejar los ataques de vampiros son tan famosos como las criaturas mismas. Para matar a un vampiro basta con cortarle la cabeza, clavarle una estaca en el corazón o quemar el cadáver. Para evitar que un cuerpo muerto se convierta en vampiro, es imprescindible clavarlo al suelo con una estaca de espino o colocar una guadaña sobre su cuello, para que quede decapitado en cuanto intente levantarse. Los vampiros también temen el ajo y a los símbolos cristianos como las cruces y el agua bendita. En vísperas de la fiesta de San Jorge y San Andrés, cuando los vampiros se encuentran especialmente activos, los pueblos de Europa del Este salpicaban agua bendita alrededor de sus casas y frotaban a su ganado con ajo.

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Vampiros en el mundo

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Las leyendas sobre vampiros se encuetnra entre las creencias populares más persistentes y extendidas, y por esa razón aparecen en culturas del mundo entero. La temática en la que s basa la mayoría de los mitos es la idea de que las criaturas no muertas o los espíritus consumen la fuerza vital, la carne o la sangre de los vivos.